22.4.09

¿ En 4 años? Pendientes y pasadores...

"¿Dónde te encuentras de aquí a dentro de cuatro (vageena) años?"

Con esa pregunta, empezaba uno de los múltiples trabajos, más orientados al universo del cotilleo académico y personal que al del simple aprendizaje del idioma, que mi novio tenía que realizar para su clase de inglés.

Las consabidas preguntas de rigor, salieron a la luz: "Boda y niños".

Boda... Una palabra que, a pesar de su simplicidad, esconde un universo de significados de lo más variopintos; boda, es la culminación de una historia, la celebración de un contrato por el cual dos personas se "obligan" por ley a compartir un hogar, unos gastos y que, según la Iglesia Católica, se trata de una unión destinada a perpetuar la especie humana.

Boda... Una palabra que me da miedo, pero que a la vez me llena de ilusión. Pues algo así, supone la culminación de un sueño, de una historia, de un proyecto común que en nada tiene que ver con las ocasionales oportunidades de "experimentos de sexo ocasional de fin de semana".

Sin quererlo, recuerdo un acontecimiento que tuvo lugar, allá por el mes de febrero, en Viena.

En una mano, unos pendientes con caída de lágrima y con forma de estrella; en la otra, un pasador, también con forma de estrella. Reconocí las estrellas al instante: eran unas réplicas de aquellas que lució la emperatriz Isabel en el cuadro de F.X. Winterlhalter.

Le miré sin comprender. Él, con esa sonrisa pícara y traviesa que tan bien conozco, con sus ojos oscuros y reidores, me dijo a guisa de explicación:

"Pensé que eran los pendientes y el pasador adecuados para una novia..."

Mi tez, roja como la grana. Lágrimas en mis ojos...

"...y espero no tener que esperar demasiado para vértelos puestos..."

No terminó de hablar, pues caí en sus brazos, llorando a consecuencia de la emoción, deseando que aquel instante no finalizase nunca, al tiempo que los curiosos nos miraban intentando indagar el motivo de aquella escena tan tierna. Y es que fueron más los besos, más las risas y más los abrazos que el propio deseo de quedarnos allí.

Y sigue siendo un deseo común, una asignatura pendiente, el cúlmen de esta historia que iniciamos allá por julio de 2005 (aunque, por lo que hablamos, parece haberse iniciado mucho antes de aquella fecha).

¿La cita? Tal vez antes de lo que muchos de vosotros pensáis...

La segunda cuestión, es de sobra obligada: Niños...

Asignatura pendiente que, por ahora, seguirá estándolo. Por lo menos, hasta dentro de... ¿cinco años?

No hay dos sin tres, no hay quattro sin... vageena!!

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