Tumbas desconocidas I

Con motivo del posible descubrimiento de la reina egipcia más famosa de todos los tiempos (para quien no se dé cuenta, estamos hablando del hallazgo de la tumba de Cleopatra), se han vuelto a abrir viejas heridas pasadas acerca de la supuesta veracidad o desconocimiento del enclave de ciertas tumbas.

Con toda seguridad, la que presenta mayores críticas es el supuesto emplazamiento de la tumba de Cristo. Si atendemos a la tradición cristiana, ésta se encontraría en la Iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén, donde según la tradición fue depositado su cuerpo para, posteriormente, resucitar al tercer día (siguiendo la tradición cristiana, claro está). Pero, ciertas investigaciones recientes (cuya veracidad aún está en tela de juicio), realizadas por el famoso director de "Titanic" (James Cameron), podrían dar al traste con la tradición. Y es que, en la zona de Talpiot, en Jerusalén, fue encontrada, a principios de los años 80, una tumba familiar en la que los nombres de "José/Yosef", "María/Maryam" y "Jesús/Yehshúah", venían a oscurecer un misterio que se fue trivializando a raíz del descubrimiento de un osario con el nombre de "Maryamne e Marah", al que identificaron como el osario de María Magdalena. Para más INRI, se encontró un quinto osario marcado como "Yehudhá bar Yehshúah" o "Judas, hijo de Jesús", de donde los investigadores ya extrayeron la idea de que Jesús había tenido un hijo con María Magdalena. Vamos, la historia sempiterna.

Aunque, a día de hoy, se considera el descubrimiento de esta tumba como un "tongazo".


Por otro lado, si esta fuera realmente la tumba de Jesús, ¿qué pasaría con la tumba de Jesús, localizada en Cachemira (India)? Siguiendo una antigua tradición, la muerte de Jesús podría haber sido aparente, y, tras despertar tras un estado de "coma inducido", Jesús habría abandonado el sepulcro de Jerusalén y dirigirse a la India, para predicar la verdadera palabra de Dios a los asiáticos. De hecho, hay ciertos testimonios que manifiestan tal predicación. Pero, junto a esta cuestión, destaca una aún más inquietante, y es el hecho de que, junto a "Jesús de Cachemira", está enterrada su esposa... "Maryam/Maryamne/María".

La hipótesis cobra fuerza, pero la veracidad de las tres tumbas está en tela de juicio... ¿Cuál es la auténtica?

Lo realmente raro de la cuestión es que los investigadores sólo se centran en el hecho del supuesto matrimonio entre Jesús y María Magdalena, no en el hecho de su no resurreción, lo cual podría suponer un duro varapalo para la Iglesia Católica. Una vez más, sirve más el "morbo" que la evidencia científica de la muerte aparente.


Siguiendo el recorrido de tumbas desconocidas, llegamos a la del gran conquistador Alejandro Magno, del que se cuenta que, a su muerte, fue embalsamado y su cuerpo depositado en un magnífico mausoleo en Alejandría (Egipto), la ciudad que él mismo fundó. Se decía que su ataúd estaba hecho de cristal, para que todos pudieran contemplar la grandiosidad de aquel que incluso había podido vencer a la muerte; incluso Julio César, en una de sus frecuentes visitas a Alejandría, pudo postrarse a los pies del sepulcro del joven conquistador. Y lloró amargamente...

Pero, ¿dónde está su sepulcro a día de hoy? La mayor parte de las teorías sostienen que, tras aquel terremoto que devastó la ciudad de Alejandría, el sepulcro se hundió en las aguas del mar Mediterráneo, junto con el Faro de Alejandría, borrando cualquier vestigio alejandrino que aún pudiesen contener los muros y construcciones. Pero otras hipótesis sugieren que, antes de la invasión de los romanos, algunos fieles pudieron hacerse con el cuerpo y trasladarlo a un lugar seguro. A día de hoy, se desconoce su emplazamiento...

No obstante, hay una hipótesis, cuanto menos curiosa. Se dice que, desde tiempo inmemorial, en la Basílica de San Marcos (Venecia, Italia), se ha custodiado un cuerpo embalsamado que, según la tradición, pertenecía al Evangelista San Marcos. No obstante, algunos estudiosos sostienen que ese cuerpo, en realidad, es el de Alejandro Magno; sólo las pruebas de ADN podrán esclarecer tal hecho.

Llego hasta aquí, en este primer adelanto de las tumbas desconocidas, pero tendré que seguir investigando sobre otras. Porque la cosa no acaba aquí...