Venid, niños. Sentaos aquí, a mi alrededor, pues os voy a contar la historia que hay detrás de ése Gordo que todas las Nochebuenas intenta colarse en nuestras casas para profanar nuestra intimidad, con quién sabe qué oscuros propósitos.
Nuestra historia comienza en Finlandia, en un lugar perdido de la mano de Dios (o del Demonio), donde antaño existía la floreciente ciudad de "Todo es Posible". La ciudad era un lugar próspero, donde todo era felicidad. ¿Todo? No!!! Desde hacía años, en la época en que los copos comenzaban a cubrir con su manto blanco el paisaje, pasaban cosas extrañas. Y todas apuntaban a una persona: el Tío Claus.
El tío Claus era un viejo gordo que vivía en una cabaña apartada de la ciudad, de grandes dimensiones, pues su orondo culo era demasiado grande como para que cupiera en una casa normal. Pero, si ya el hecho de que un Tío tan Gordo se vistiera de Rojo era raro, no menos raras eran sus intenciones: quería que los niños siempre visitasen su casa.
"Hey, señora Annikka, deje que Helga venga a mi casa".
Y la señora Annikka, quizás hipnotizada por los piojos que jugaban al corro de la patata en su barba, dejaba que su hija se marchase a casa. Y lo mismo las madres de todo el vecindario. No obstante, a pesar de que sus hijos venían siempre cargados de regalos de lo más variopintos (caramelos, bastoncitos, juguetitos de madera de forma fálica...), no se sentían felices. Es más, venían llorosos, deseando esconderse bajo la mesa y renegando del Tío Claus.
Un día, el Tío Claus se encontró con un pequeño hombrecillo de color verde que, sonriente, le conminó a que lo acompañara a su casa.
"¿No crees que es hora de que te replantees tu vida, Tío Claus? Es hora de que hagas algo bueno y trates de cambiar tu actitud..."
"Cierto...", contestó el Tío Claus con una mueca imposible de descifrar. Y es que su alma, tan malvada como negra, había forjado un malvado plan.
Y al llegar a casa de aquel entrañable personajillo verde, comenzó el calvario para él y su gran familia: largas jornadas de trabajos forzados, meses y hasta años sin dormir... Y una historia de abuso y deprabación que llega hasta nuestros días.
No os creáis la historia tal como os la cuentan, pues tras la historia, está su verdadera y maquiavélica faz.
Nuestra historia comienza en Finlandia, en un lugar perdido de la mano de Dios (o del Demonio), donde antaño existía la floreciente ciudad de "Todo es Posible". La ciudad era un lugar próspero, donde todo era felicidad. ¿Todo? No!!! Desde hacía años, en la época en que los copos comenzaban a cubrir con su manto blanco el paisaje, pasaban cosas extrañas. Y todas apuntaban a una persona: el Tío Claus.
El tío Claus era un viejo gordo que vivía en una cabaña apartada de la ciudad, de grandes dimensiones, pues su orondo culo era demasiado grande como para que cupiera en una casa normal. Pero, si ya el hecho de que un Tío tan Gordo se vistiera de Rojo era raro, no menos raras eran sus intenciones: quería que los niños siempre visitasen su casa.
"Hey, señora Annikka, deje que Helga venga a mi casa".
Y la señora Annikka, quizás hipnotizada por los piojos que jugaban al corro de la patata en su barba, dejaba que su hija se marchase a casa. Y lo mismo las madres de todo el vecindario. No obstante, a pesar de que sus hijos venían siempre cargados de regalos de lo más variopintos (caramelos, bastoncitos, juguetitos de madera de forma fálica...), no se sentían felices. Es más, venían llorosos, deseando esconderse bajo la mesa y renegando del Tío Claus.
Un día, el Tío Claus se encontró con un pequeño hombrecillo de color verde que, sonriente, le conminó a que lo acompañara a su casa.
"¿No crees que es hora de que te replantees tu vida, Tío Claus? Es hora de que hagas algo bueno y trates de cambiar tu actitud..."
"Cierto...", contestó el Tío Claus con una mueca imposible de descifrar. Y es que su alma, tan malvada como negra, había forjado un malvado plan.
Y al llegar a casa de aquel entrañable personajillo verde, comenzó el calvario para él y su gran familia: largas jornadas de trabajos forzados, meses y hasta años sin dormir... Y una historia de abuso y deprabación que llega hasta nuestros días.
No os creáis la historia tal como os la cuentan, pues tras la historia, está su verdadera y maquiavélica faz.
¡¡¡VIVAN LOS REYES MAGOS!!!
¡¡¡MATEMOS AL GORDO PEDÓFILO
VESTIDO DE ROJO!!!
¡¡¡MATEMOS AL GORDO PEDÓFILO
VESTIDO DE ROJO!!!
1 comentario:
En un principio pensaba que era un cuento de los Hermanos Grimm en versión oscura y retorcida. Pero no: la retorcida eres tú :)
Hay una referencia al antiguo traje del gordo asqueroso, y es que este viejo tenía tal fama de sátiro y obsceno que le llaman, con razón, "viejo verde", de ahí que su traje fuera verde en el pasado.
¡Oooole!
Publicar un comentario