O lo que es lo mismo, "Conan, el niño del futuro".
Hace ya muchos años, cuando aún era una niña que no tenía ni idea de lo que era el anime o el manga, mis horas muertas las empleaba en distraerme por medio de la variada oferta que me ofrecía la televisión de la época (mucha más amplia que la de ahora, si se me permite). Heidi, Marco, Los Osos Amorosos, Dragones y Mazmorras, Mi Pequeño Pony y otras tantas eran citas obligadas a lo largo de una semana repleta de series que nos deleitaban por lo variado de sus historias.
Una de estas series, fue "Conan", que ayer finalizamos de ver mi hermano y yo.
La historia se desarrolla en un mundo apocalíptico en la que la casi totalidad de la población mundial ha sido mermada por las guerras y desastres climatológicos varios; los pocos habitantes, sobreviven como pueden ante un clima de opresión motivado por los habitantes de "Industria", una ciudad fortaleza que asume el control mundial por medio de la fuerza, situada en una isla llena de basuras y desechos.
Ante este panorama, es cuando aparece Conan, un niño que ha nacido tras el desastre que asoló al mundo. Vive de forma casi primitiva en la llamada Isla Perdida, junto a uno de los supervivientes de la catástrofe, al que llama "abuelo".
Su rutina matutina se ve interrumpida un día cuando Conan encuentra en la orilla de una playa a Lana. Ésta, una vez reestablecida del shock, les explica que no son los únicos supervivientes en la Tierra. Lana (quien tiene poderes telepáticos y la capacidad de comunicarse con los pájaros), está siendo perseguida por la gente de Industria, ya que ella es la única que puede encontrar a su abuelo, el Dr. Lao/Rao, quien tiene la llave de la Energía Solar.
En breve aterrizan en la isla unos agentes buscando a Lana. Tras una lucha y posterior secuestro de Lana, el abuelo de Conan fallece. Conan, siguiendo los últimos deseos de su abuelo, decide ir tras la búsqueda de Lana. Después de un viaje no carente de altibajos, llega a una isla donde conocerá a Jimsy, un chico portador de vestimentas tribales. Acaban haciéndose amigos inseparables de aventura. Su aventura no será otra que la de rescatar a Lana, de Isla Industria y su organización.
La historia puede parecer, aparentemente, la típica: chico conoce chica y tiene que rescatarla de todo mal, pero se presentan bastantes atractivos en la historia que hacen que, con cada capítulo, te enganches cada vez más si cabe.
Uno de ellos, es la personalidad de los personajes, fuerte donde las haya; tal es el caso de Jimsy y el capitán Dyce, que configuran el auténtico tándem cómico de la serie, protagonizando momentos que arrancarán una sonrisa hasta al más escéptico. Además, es una de las pocas series que he visto en las que se dan muestras de violencia gratuita, pero con resultados más que divertidos.
Por otro lado, el sello de Miyazaki, siendo esta una de las primeras series que dirigió y cuyos personajes diseñó (se nota su diseño, sobre todo, en el diseño de los personajes femeninos). Hayao Miyazaki se encargó de la dirección de nueve episodios, el diseño de personajes y los diseños mecánicos.
Para quienes disfruten con el anime, especialmente con la obra de Miyazaki, os recomiendo su visionado. Merece la pena, no sólo por la historia en sí (basada en la novela "La marea increíble" de Alexander Key), sino por los ratos de diversión y entretenimiento que ofrece.
Haced un huequito a Conan en vuestras vidas.
Hace ya muchos años, cuando aún era una niña que no tenía ni idea de lo que era el anime o el manga, mis horas muertas las empleaba en distraerme por medio de la variada oferta que me ofrecía la televisión de la época (mucha más amplia que la de ahora, si se me permite). Heidi, Marco, Los Osos Amorosos, Dragones y Mazmorras, Mi Pequeño Pony y otras tantas eran citas obligadas a lo largo de una semana repleta de series que nos deleitaban por lo variado de sus historias.
Una de estas series, fue "Conan", que ayer finalizamos de ver mi hermano y yo.
La historia se desarrolla en un mundo apocalíptico en la que la casi totalidad de la población mundial ha sido mermada por las guerras y desastres climatológicos varios; los pocos habitantes, sobreviven como pueden ante un clima de opresión motivado por los habitantes de "Industria", una ciudad fortaleza que asume el control mundial por medio de la fuerza, situada en una isla llena de basuras y desechos.
Ante este panorama, es cuando aparece Conan, un niño que ha nacido tras el desastre que asoló al mundo. Vive de forma casi primitiva en la llamada Isla Perdida, junto a uno de los supervivientes de la catástrofe, al que llama "abuelo".
Su rutina matutina se ve interrumpida un día cuando Conan encuentra en la orilla de una playa a Lana. Ésta, una vez reestablecida del shock, les explica que no son los únicos supervivientes en la Tierra. Lana (quien tiene poderes telepáticos y la capacidad de comunicarse con los pájaros), está siendo perseguida por la gente de Industria, ya que ella es la única que puede encontrar a su abuelo, el Dr. Lao/Rao, quien tiene la llave de la Energía Solar.
En breve aterrizan en la isla unos agentes buscando a Lana. Tras una lucha y posterior secuestro de Lana, el abuelo de Conan fallece. Conan, siguiendo los últimos deseos de su abuelo, decide ir tras la búsqueda de Lana. Después de un viaje no carente de altibajos, llega a una isla donde conocerá a Jimsy, un chico portador de vestimentas tribales. Acaban haciéndose amigos inseparables de aventura. Su aventura no será otra que la de rescatar a Lana, de Isla Industria y su organización.
La historia puede parecer, aparentemente, la típica: chico conoce chica y tiene que rescatarla de todo mal, pero se presentan bastantes atractivos en la historia que hacen que, con cada capítulo, te enganches cada vez más si cabe.
Uno de ellos, es la personalidad de los personajes, fuerte donde las haya; tal es el caso de Jimsy y el capitán Dyce, que configuran el auténtico tándem cómico de la serie, protagonizando momentos que arrancarán una sonrisa hasta al más escéptico. Además, es una de las pocas series que he visto en las que se dan muestras de violencia gratuita, pero con resultados más que divertidos.
Por otro lado, el sello de Miyazaki, siendo esta una de las primeras series que dirigió y cuyos personajes diseñó (se nota su diseño, sobre todo, en el diseño de los personajes femeninos). Hayao Miyazaki se encargó de la dirección de nueve episodios, el diseño de personajes y los diseños mecánicos.
Para quienes disfruten con el anime, especialmente con la obra de Miyazaki, os recomiendo su visionado. Merece la pena, no sólo por la historia en sí (basada en la novela "La marea increíble" de Alexander Key), sino por los ratos de diversión y entretenimiento que ofrece.
Haced un huequito a Conan en vuestras vidas.
3 comentarios:
Aunque tenga mil años, la serie se puede ver y se puede disfrutar. Está muy chula.
Y algunos son más brutos que un "arajo". Cuando le pegan los cuarenta tablonazos en el culo a Conan "para unirse a la tripulación del Barracuda" hasta dejarlo inconsciente, es de lo más bestia XD Palos y palizas por doquier. Muy japonés XD
Jajajajaja, ya me comentásteis la violencia gratuita que hay en la serie. La verdad es que aunque tenga un chorro de años, el estilo Miyazaki está ahí, y creo que si la ves seguro que será como ver cualquiera de sus obras más modernas.
A ver si la pudiera ver con Mavi en algunos momentos que no estés tú. O si no cuando estemos en nuestra casita, ¿verdad peke? ^_^
Este es mi anime preferido, de una calidad altísima, sobre todo si tenemos en cuenta que es del año ¡¡1978!! Hay que verlo y disfrutarlo.
Grandes personajes y una gran historia, con un claro mensaje ecologista, antibelicista y feminista. Es una serie avanzada a su tiempo, en muchos aspectos.
Quiero remarcar el personaje de Lana, que no es la típica chica florero / objeto que solo aparece para ser la víctima que debe de ser rescatada por el héroe: no, Lana es diferente, es un personaje clave, una niña con una gran valentía y coraje, y las ideas muy claras, que lucha para hacer de su mundo un mundo mejor, sin miedo a enfrentarse a industria y a quien haga falta para lograrlo. Es un claro precedente de las heroïnas de Miyazaki, quién, como es bien sabido, casi siempre elige como protagonista de sus historias a una mujer. Como ejemplo, recordar que Lana y Conan se encuentran porque ella consigue, ella sola, huir por sus propios medios, y cuando Conan va a rescatarla por primera vez, al final es ella misma la que se escapa del Barracuda en una lancha a motor y recoge a Conan del agua. Un personaje excepcional si tenemos en cuenta que se ideó en el Japón de los setenta.
Y sobre la violencia gratuita, que queréis que os diga... aparece en muchos otros animes y nadie se ha llevado nunca las manos a la cabeza... además, que lo de los tablones se narra con sentido del humor.
Gracias por recordar esta gran serie.
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