26.3.09

Tívoli World: Los orígenes

Muchos de nosotros guardamos en nuestras retinas la imagen de ese pequeño parque de atracciones situado en la Costa del Sol, más concretamente en Benalmádena, considerado como uno de los más antiguos de España. Pese a su aspecto anticuado, guarda ese encanto único que sólo lo tradicional muestra. Pasear por sus caminos, por sus jardines; contemplar los lagos, los estanques, los arroyos artificiales que otorgan al parque su particular frescura; subir a todas y cada una de sus atracciones, sonriendo como niños... Es algo que sólo puede otorgar un lugar mágico como Tívoli World; una auténtica delicia, un regalo para los sentidos, para la vista. Una frescura única e incomparable.

Pero los orígenes de Tívoli no se remontan únicamente al nombre de una simple ciudad situada en Italia, más concretamente en la conocida como Villa Adriana; ni tampoco a un simple parque de atracciones que nació en la provincia de Málaga con la llegada masiva del turismo.

El origen de nuestro Tívoli... es el propio Tívoli.

Tívoli nació como un parque de atracciones, situado en pleno centro de Copenhage, siendo éste el parque de atracciones más antiguo del mundo. Sigue prácticamente igual que cuando lo inauguraron, allá por el 1843. Por supuesto que se han ido incorporando atracciones modernas y cada vez más sofisticadas con el paso de los años, pero el espíritu original continúa intacto, como en el caso de su "hermano malagueño". No obstante, la mayor atracción del Tívoli danés son sus jardine; y es que, inicialmente, el Tívoli danés fue concebido como unos jardines, siendo el parque de atracciones una forma de "inauguración" de los mismos que, andando el tiempo, acabaron anclándose definitivamente en los suntuosos jardines daneses.

Al echar una ojeada a las imágenes que existen en la web sobre el parque danés, se pueden apreciar muchas similitudes entre éste y el Tívoli malagueño (como la imagen que adjunto, sobre el templete asiático). Los paseos, los palacetes, incluso las atracciones, pese a no poseer la modernidad de otros conocidos centros de ocio (tales como la Warner, Terra Mítica o Port Aventura, por citar algunos), nos traslada a épocas pasadas, a esos años finales del siglo XIX en la que las atracciones y el gusto por las emociones fuertes comenzaban a abrirse paso en una sociedad invadida por el afán del progreso y extasiada ante los numerosos avances tecnológicos.

En cuanto a su iluminación, es destacable la atmósfera que se respira al caer la noche, el cuidado de todos y cada uno de los detalles, la exquisita combinación de colores. Pasear por sus jardines, es sumergirnos en un entorno casi paradisíaco; tal vez, lo único que nos transporta de nuevo a la realidad es el sonido de las atracciones y de la música ambiental.


Tivoli es uno de los lugares más apreciados por los daneses ya que es acogedor. Se visita sobre todo en familia. Posee un gran número de juegos, una decena de atracciones dinámicas y una veintena de atracciones tranquilas.

Las atracciones permiten descubrir la mitología nórdica(con el Castillo de Valhalla, Valhalla Borgen), los cuentos de Andersen (con las maletas volantes, Den flyv Kuffert), y la vista sobre Copenhage (desde la noria).

Los decorados y las zonas temáticas, igualmente, están cuidados hasta el mínimo detalle.

La distribución del Tívoli danés, es muy similar a la del Tívoli malagueño, tal como podemos apreciar en el mapa del parque que adjunto a continuación (mapa de arriba, malagueño; mapa de abajo, danés).

Tal vez las únicas diferencias son las que atañen a ciertas construcciones que intentan emular la época de mayor esplendor de la dinastía danesa, tratando de recrear gigantescas construcciones palaciegas que en nada nos recuerdan a la pequeña plaza andaluza - mediterránea que nuestro Tívoli alberga.

Merece la pena, sin duda, disfrutar de estos parques que, pese a no tener la modernidad de los actuales, tienen ese encanto que sólo lo tradicional ofrece. El gusto por las pequeñas cosas, por lo simple.

Visita obligada es el de Málaga, que espero visitar en breve nuevamente; pero visita obligada es el de Dinamarca, que espero igualmente visitar en un futuro no muy lejano.

¿Quién se apunta?

3 comentarios:

Cheto dijo...

Interesante post sobre algo con tanto carisma en nuestras vidas como es Tivoli. Quién no recuerda con alegría aquellas visitas al parque, y aquella adquisición del supertivolino, que te abría las puertas a un mundo de diversión ^_^

La verdad es que no conocía la existencia del Tivoli danés, y mucho menos que fuera el precursor de nuestro Tivoli de aquí, pero queda apuntado como visita obligada cuando vayamos de viaje a Dinamarca ;)

Del Tivoli de Málaga, recuerdo que lo que más me gustaba eran las lanchas de agua, la montaña rusa y otro que era una plataforma de estas que se eleva y acabas girando y yendo arriba y abajo, el zig-zag ... joe, es que estaba todo mu bien XD incluso los kart, aunque eso los probé ya con más edad :P

Diego dijo...

Pero... ¿ese Tívoli danés tiene ratones muertos como el de Málaga? XDDD

¿Tiene esa mascota tan pintoresca también?

¿Los encargados de algunas atracciones son yonquis recuperados?

El encanto, la especia que sazona Tívoli es para mí ese aire retro y cutre que lo hace todo fantástico ¡I´m loving it!

Anónimo dijo...

Hola mellamo Claudia y el proximo fin de semana iremos al tivoli.
He visitado a esta web para ver el mapa y conocer mejor el parque .
Espero k nos lo pasemos bien . Adios
!Besos Claudia!