18.6.07

Los 21 Guerreros: Cuento 15

El 15º en caer, y cada vez quedaban menos...

Las tierras de Valdher eran conocidas por paisanos y extraños como "La tierra de las paradojas". Cuentan las leyendas que todo lo que allí ocurre se envuelve en una atmósfera de sinsentido y de falsas moralejas, que la hace poco previsible incluso para los más sabios que allí habitan. Se cuenta que los herreros de esta zona, como en el refrán, usan herramientas de palo en sus hogares. Que a los sombrereros les salen los hijos sin cabeza, y a los zapateros, cojos. Se dice también que hubo una gran batalla hace años, y que estas tierras se defendieron con uñas y dientes hasta el final, creando una de las fortalezas más infranqueables que se habían construido hasta la época. Lo enervante fue que el ataque se inició desde dentro y esta defensa no sirvió de nada. También se cuenta que en una época de sequías devastadoras, los hombres fueron a buscar alimento y murieron ahogados en una riada esporádica.

Todas estas y otras leyendas parecen tener una explicación por sus habitantes. Se dice que un espíritu vigila estas tierras. Un espíritu conocido como Xzasser, que dicen que tutela la a sus vecinos hasta que, por despiste, se le olvida y abandona el lugar o, simplemente, se distrae. Es por eso por lo que ocurren tan curiosos acontecimientos.


Hace pocos días las tierras de Valdher recibieron la desconcertante noticia de que los ejércitos del Rey Koh se disponían a atacar estas tierras. El ejército era conocido por muchos como "los guerreros de acero" por su valentía y fortaleza. Se decía que era el mejor ejército que existía en el mundo conocido. Tal era la seguridad de su rey en este ejército, que aseguraba que si perdía una batalla, se rendiría a los pies del vencedor y dejaría de luchar para siempre. La carta de presentación era bastante convincente y por ello los habitantes de Valdher estaban asustados. El día de la batalla, todos rezaban porque Xzasser estuviera de su lado y no jugueteara por ahí... Aunque todos lo dudaban...

Xzasser fue el décimo quinto en caer, y cada vez quedaban menos...

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