No pudo ser... Por primera vez en mucho tiempo, el Miércoles Santo se tiñó de gris, del color de las nubes, del color de la lluvia... Y es que el día estuvo caracterizado por eso: por la lluvia; por una lluvia que no ha hecho acto de presencia en todo el invierno y que ese día se propuso aparecer "a lo grande".
Ninguna de las cofradías del Miércoles Santo pudo realizar su estación de penitencia por las calles de Málaga, excepto Salesianos, a quienes la lluvia obligó a refugiarse en la Catedral. En un primer momento, anunciaron que, cuando la climatología lo permitiese, volverían a su Templo... Pero las circunstancias no lo permitieron hasta el Viernes Santo por la mañana, poco después de que el Cristo de la Santa Vera Cruz (de las Fusionadas de San Juan), hiciese su estación de penitencia en la catedral (el Cristo que adjunto junto a estas líneas es el de Ánimas de Ciegos, de las Cofradías Fusionadas).
Aun así, ninguna de las cofradías del Miércoles Santo pudo salir a la calle... Una decisión que algunos tacharon de cobardes, pero que los cofrades calificamos como prudente: y es que una acción de aparente "cobardía" puede traer como consecuencia la pérdida de un patrimonio que ha costado siglos acumular y, sobre todo, el posible deterioro de nuestros Sagrados Titulares.
Yo estuve con mis hermanos de la Expiración, mi cofradía... Lloré con ellos, sentí rabia e impotencia como ellos... Y estuve largo rato inmersa en una muda conversación de más de una hora con mi Cristo, ese Cristo que tallara en su día Mariano Benlliure y que se hizo con un hueco en el corazón de los malagueños.
Decir Miércoles Santo es decir Expiración, es decir Dolores Coronada... No es Miércoles Santo, pero tampoco es Jueves Santo cuando las imágenes flanquean las puertas de la Casa Hermandad... El tiempo se detiene a los sones del "Mater Mea"... Un crucificado que impone respeto, que expira en la Cruz, pero que a la vez emerge triunfante, cual ave fénix, sobre toda muerte. A sus pies, el mundo, el demonio y la carne aparecen derrotados, como tres entes encapuchados... Y siguiéndole, en un bajel plateado, la Señora del Perchel, mi "Lola Perchelera"...
Pero decir Miércoles Santo es decir también libertad: libertad por un hombre que, a los pies de Jesús el Rico, ha recuperado aquello que un día perdió; un acto de Amor, un acto que la "Niña de Puerta Oscura", María Santísima del Amor, contempla con una mezcolanza de serenidad y dulzura en su rostro de niña que un día tallara Dubé de Luque. La tradición de siglos, vuelve a recuperarse... Y sus manos imparten la bendición...
Decir Miércoles Santo, es decir también Fusionadas, el triunfo de la hermandad, de los vínculos, sobre todas las cosas... Cuatro tronos salen a la calle, ofreciéndonos el misterio de la pasión y muerte del Redentor: Azotes, Exaltación, Ánimas y Ciegos... Tres Cristos para una Madre del Mayor Dolor, a la que ni siquiera las palabras de San Juan consuelan...
Decir Miércoles Santo es referirse también a una Virgen de ojos verdes, por quienes las palomas baten sus alas alegremente. Una Virgen de dulces ojos que sigue el camino de su Hijo por la Puente del Cedrón, una Virgen a quienes los gestos del feo sayón "Berruguita" no amedrentan a la hora de seguir a su Hijo en pos del fatal destino que le aguarda... Jesús de la Puente del Cedrón ha cruzado el río que le separa de su Destino, en pos de cruzar la delgada línea que separa la vida de la muerte...
Decir Miércoles Santo es decir también la entrega de una mujer como Madre de la Humanidad, es la confianza de un Hijo en el discípulo amado, en pos de que se ocupe de su Madre a su muerte, ya que Él no podrá hacerlo. Es decir lágrimas que se vierten de unos ojos que contemplan con impotencia una muerte injustificada... Es decir Salesianos...
Y decir Miércoles Santo, es decir Sangre, es referirse a una bella Virgen de manto de color lila que inunda de perfume las calles de Málaga... Es referirse a una lanza de un tal Longinos que atravesó el costado del Redentor... Es referirse al Crucificado de la Sangre, que tan genialmente tallara Palma Burgos; es referirse a la cofradía más antigua de la Semana Santa malagueña y al Pendón Morado de Castilla, que luce como particular inginia esta cofradía...
No obstante, para mí, el Miércoles Santo tiene un nombre propio:
Ninguna de las cofradías del Miércoles Santo pudo realizar su estación de penitencia por las calles de Málaga, excepto Salesianos, a quienes la lluvia obligó a refugiarse en la Catedral. En un primer momento, anunciaron que, cuando la climatología lo permitiese, volverían a su Templo... Pero las circunstancias no lo permitieron hasta el Viernes Santo por la mañana, poco después de que el Cristo de la Santa Vera Cruz (de las Fusionadas de San Juan), hiciese su estación de penitencia en la catedral (el Cristo que adjunto junto a estas líneas es el de Ánimas de Ciegos, de las Cofradías Fusionadas).
Aun así, ninguna de las cofradías del Miércoles Santo pudo salir a la calle... Una decisión que algunos tacharon de cobardes, pero que los cofrades calificamos como prudente: y es que una acción de aparente "cobardía" puede traer como consecuencia la pérdida de un patrimonio que ha costado siglos acumular y, sobre todo, el posible deterioro de nuestros Sagrados Titulares.
Yo estuve con mis hermanos de la Expiración, mi cofradía... Lloré con ellos, sentí rabia e impotencia como ellos... Y estuve largo rato inmersa en una muda conversación de más de una hora con mi Cristo, ese Cristo que tallara en su día Mariano Benlliure y que se hizo con un hueco en el corazón de los malagueños.
Decir Miércoles Santo es decir Expiración, es decir Dolores Coronada... No es Miércoles Santo, pero tampoco es Jueves Santo cuando las imágenes flanquean las puertas de la Casa Hermandad... El tiempo se detiene a los sones del "Mater Mea"... Un crucificado que impone respeto, que expira en la Cruz, pero que a la vez emerge triunfante, cual ave fénix, sobre toda muerte. A sus pies, el mundo, el demonio y la carne aparecen derrotados, como tres entes encapuchados... Y siguiéndole, en un bajel plateado, la Señora del Perchel, mi "Lola Perchelera"...
Pero decir Miércoles Santo es decir también libertad: libertad por un hombre que, a los pies de Jesús el Rico, ha recuperado aquello que un día perdió; un acto de Amor, un acto que la "Niña de Puerta Oscura", María Santísima del Amor, contempla con una mezcolanza de serenidad y dulzura en su rostro de niña que un día tallara Dubé de Luque. La tradición de siglos, vuelve a recuperarse... Y sus manos imparten la bendición...
Decir Miércoles Santo, es decir también Fusionadas, el triunfo de la hermandad, de los vínculos, sobre todas las cosas... Cuatro tronos salen a la calle, ofreciéndonos el misterio de la pasión y muerte del Redentor: Azotes, Exaltación, Ánimas y Ciegos... Tres Cristos para una Madre del Mayor Dolor, a la que ni siquiera las palabras de San Juan consuelan...
Decir Miércoles Santo es referirse también a una Virgen de ojos verdes, por quienes las palomas baten sus alas alegremente. Una Virgen de dulces ojos que sigue el camino de su Hijo por la Puente del Cedrón, una Virgen a quienes los gestos del feo sayón "Berruguita" no amedrentan a la hora de seguir a su Hijo en pos del fatal destino que le aguarda... Jesús de la Puente del Cedrón ha cruzado el río que le separa de su Destino, en pos de cruzar la delgada línea que separa la vida de la muerte...
Decir Miércoles Santo es decir también la entrega de una mujer como Madre de la Humanidad, es la confianza de un Hijo en el discípulo amado, en pos de que se ocupe de su Madre a su muerte, ya que Él no podrá hacerlo. Es decir lágrimas que se vierten de unos ojos que contemplan con impotencia una muerte injustificada... Es decir Salesianos...
Y decir Miércoles Santo, es decir Sangre, es referirse a una bella Virgen de manto de color lila que inunda de perfume las calles de Málaga... Es referirse a una lanza de un tal Longinos que atravesó el costado del Redentor... Es referirse al Crucificado de la Sangre, que tan genialmente tallara Palma Burgos; es referirse a la cofradía más antigua de la Semana Santa malagueña y al Pendón Morado de Castilla, que luce como particular inginia esta cofradía...
No obstante, para mí, el Miércoles Santo tiene un nombre propio:
Expiración y Dolores Coronada... No pudo ser, pero estoy segura de que
el año que viene será...
el año que viene será...
1 comentario:
Pues el año que viene será :D
De todas formas estos años atrás siempre habéis tenido el tiempo de vuestra parte... así que este año habrá llovido para que no se note el "enchufe" jajaja
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