18.3.08

Semana Santa de Málaga: Martes Santo

El Martes Santo en Málaga es sinónimo del triunfo del esfuerzo, de la superación; es la fortaleza de unos hombres de trono que tienen por delante un largo camino para que sus Sagrados Titulares se pongan en contacto con el pueblo de Málaga. El Martes Santo en Málaga tiene sabor popular, una tribuna ante la que se detienen todas las cofradías, ante la que se mecen los tronos magistralmente para que todos puedan disfrutar de su grandeza; una Tribuna que, aunque no sea la oficial, sí es la que nos produce más emoción: la Tribuna de los Pobres, los asientos que aunque carezcan de comodidad nos catapultan a una parte de esa Semana Santa que no se puede comprar con dinero; esa Semana Santa que se disfruta y se come uno con los ojos del alma.

El Martes Santo es sinónimo de Nueva Esperanza, una de las cofradías más recientes que discurren por el llamado "recorrido oficial". Una cofradía cuyo camino arranca desde el barrio de Nueva Málaga, desde la Parroquia de San Joaquín y Santa Ana; tienen ante sí un largo camino de siete kilómetros que los llevará a recorrer las calles del centro, y no los devolverá a su sede por lo menos hasta las tres de la mañana. Pero no irán solos, ni el Nazareno del Perdón, ni María Santísima de Nueva Esperanza: su barrio entero los acompañarán durante todo el trayecto, animando a los hombres de trono que los portan, arrimando el hombro cuando apenas quedan unos metros, dando aliento cuando el cansancio nos hace pensar que ya no podemos continuar.

Ante ellos, restan aún doce horas de duración del recorrido, y casi 7km de longitud del mismo. Pero nada les frena, aunque las fuerzas puedan llegar a fallar, sus ganas pueden con todo…



Desde San Julián, el perfume de las flores comienza a inundarnos, y un Cristo emerge, como si de una aparición se tratase, de un monte de claveles rojos como la sangre que delinea su torso, como la sangre que derraman sus labios, como la sangre fruto de su agonía… De su boca, apenas unas tenues palabras nos manifiestan su dolor… El Cristo de la Agonía que tallara Buiza, agoniza ante nuestros ojos…

Y llega la Virgen del perfume, aquella Virgen a la que, año tras año, la ciudad de Málaga trata de paliar su pena por medio de un magnífico manto que parece querer catapultarnos a tiempos pasados; a aquellos tiempos en que los medios económicos no eran bastantes para poder confeccionarle siquiera una toca de procesión… María Santísima de las Penas… de sus ojos brotan lágrimas por su Hijo, pero a sus espaldas lleva todo el amor de los malagueños transformado en bellas flores.



Cristo es Rescatado en calle Agua, Jesús del Rescate ha sido traicionado en la Merced y Judas, consciente del mal que ha hecho, se lamenta, pues sabe que ha entregado a un Inocente, al Cordero de Dios, a las manos de los hombres. Su precio, su Rescate: treinta monedas de plata… Treinta monedas que no aciertan a pagar el verdadero precio de la persona a la que entrega… Ha entregado al Maestro, ha entregado al Amigo… Y lo sabe…

Pero María Santísima de Gracia le ha perdonado de todo corazón, aquella Virgen niña que talló Castillo Lastrucci, desde su trono neogótico que a la vez es su templo, mira al Cielo y derrama su perdón para todos… Su belleza apenas se ve rota por su dolor, pero sus lágrimas son prueba más que suficiente para demostrar que su corazón se ha roto, que una espada de dolor la ha traspasado….

Y rodeándoles, un arcoiris nazareno que no deja de iluminar su camino.



Sin embargo, nada hay ya que se pueda hacer: se ha firmado la Sentencia de muerte, el Cordero ha de ser llevado al matadero. Y su brazo ejecutor, se lava las manos ante tamaña carnicería… No le importa lo que le suceda, pues

sabe que él seguirá estando en el poder. Como un cobarde, Poncio Pilatos ha realizado su dictamen, y Nuestro Padre Jesús de la Sentencia escucha en silencio… El Cristo que tallara Martín Simón, el llamado “Cristo guapo” del Martes Santo…

También lo ha escuchado María Santísima del Rosario en sus Misterios Dolorosos, de cuyos ojos afloran apenas unas lágrimas; pero, la Virgen no deja de pasar las cuentas de su Rosario, ya no sabe qué debe implorar al Cielo… Un Rosario de Dolor para una Reina…



Jesús Nazareno de los Pasos en el Monte Calvario, ha caído en la Victoria, junto a la ermita de San Lázaro; sus divinas manos se apoyan en una piedra que bien podría simbolizar las dificultades de todos los seres humanos. Una piedra en el camino, la piedra angular del dolor… Apenas puede tomar aliento, apenas puede mirar con claridad…

Porque una luz le deslumbra, una estela que sigue sus pasos: María Santísima del Rocío, la Novia de Málaga. Vestida de blanco, la Señora sigue los pasos de su Hijo, en tanto que el Sol ilumina su camino en medio de la noche de abril, pues el Sol es Ella misma, que guía nuestros destinos. Y se eleva, y se muestra en todo su esplendor ante ese mar de gente que se congrega en la Tribuna de los Pobres para verla, para vitorearla, para decirle “Guapa!!”, para cantarle alabanzas. A su paso, un grito: “Viva la Novia de Málaga”.


Y ante nuestros ojos, Jesús es Humillado, Herodes se ha burlado de Él; le ha insultado, vituperado y, para más INRI, ha cubierto su cuerpo con una túnica blanca, la túnica con la que se identifica a aquellos que han sido alcanzados por el demonio de la locura. Pero Jesús de la Humillación no los ha maldecido; Jesús de la Humillación, es también Jesús del Perdón, pues los ha perdonado, pues no saben lo que hacen. Y, como un Cordero en pos del Matadero, avanza con la cabeza gacha, con la mirada perdida, con sus labios contraídos.

Pero no está sólo: una Estrella más inmensa que la oscuridad que lo rodea y más brillante que el alba, ilumina su camino del Martes Santo malagueño; una Estrella de cuyas manos emergen bendiciones, una Estrella que porta sobre sus hombros divinos la belleza y el esplendor del firmamento, la inconmensurabilidad del Universo. María Santísima de la Estrella, como un lucero, brilla en mitad de la noche, para guiar a su Hijo en medio de esta tempestad…

Un mismo camino, una misma belleza, una misma historia… Cofradías del Martes Santo malagueño…


2 comentarios:

Cheto dijo...

Ya sabes que no soy muy semanasantero, pero me gusta como estás escribiendo los posts, enganchando unos párrafos con otros y unas cofradías con otras ^_^

Este martes santo, como viene siendo tradición lo pasamos juntitos, aunque esta vez no tan acompañados. Me llaman la atención los tronos del Rescate y la Sentencia que vemos desde plaza de la merced por la cantidad de imágenes (e incluso árboles) que llevan.

Y eso sí, el martes santo además de tronos trae cenita en el italiano, que no veas que pechá de comer tan rica que nos dimos un año más, jijiji :)

Diego dijo...

Ahí ahí, yo me quedo con la cena en el italiano de los martes santo (qué buenos los embutidos, cabrones XD).

Por cierto, no sé si os acordáis que antes de entrar al italiano, en la procesión que vimos desde la esquina (no recuerdo el nombre XD), había una pareja de jovenzuelos que llevaba cada uno como cuatro o cinco báculos de una procesión... pues bien, uno de los jovenzuelos era Inés (de Gamarra) LOL XDDD