Hay veces en que no sabes cómo pedir ayuda a los que se encuentran a tu alrededor, veces en que buscas una palabra de ánimo y sólo recibes reproches, veces en las que a lo mejor un abrazo dado a tiempo vale más que un gesto condescendiente...
Un apoyo que no llega porque no sabemos pedirlo... Los demás no están dentro de nuestra cabeza para saber qué es lo que necesitamos o no en cada momento, y a veces, cuando creemos que lo vamos a encontrar sin necesidad de pedirlo, nos encontramos con algo que, pese a no ser lo contrario a lo que buscamos, lo recibimos con desidia y hasta con hostilidad, pues nos encontramos en tal situación que no sabemos apreciar los consejos que nos dan...
En esos momentos tan sólo buscamos cariño, un abrazo, un beso...
Muestras de apoyo que nos hagan seguir adelante, muestras de comprensión, muestras de cariño que hagan que nuestras pilas se recarguen...
Pero los demás no pueden saber simplemente lo que no queremos o lo que buscamos, a pesar de que nos vean mal... Nadie puede meterse en cabezas ajenas para indagar en las necesidades del ser humano, ya que la mente del hombre está abierta a múltiples senderos que a veces se nos presentan inescrutables (como los caminos del Señor).
Hoy busco vuestro apoyo, busco el cariño de los que me rodean, busco un abrazo y un beso... A lo mejor lo pido muy tarde, pero contra el vicio de pedir, está la virtud de no dar...
Hoy os abro mi corazón y os digo:
"Os necesito"...
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