"Mírame y dime: ¿Qué ves?
Veo un rostro aniñado en un cuerpo de mujer que ha experimentado alegrías y disgustos.
Veo un rostro aniñado en un cuerpo de mujer que ha experimentado alegrías y disgustos.
Veo unos ojos negros, más profundos que la noche y más brillantes que el lucero del alba. Veo unos ojos que miran con determinación, con esperanza, hacia un futuro que comienza a tomar forma ante ellos. Un futuro que ha sido forjado por ellos mismos, un futuro cada vez más certero.
Despójate de todas las galas, despójate de toda vergüenza; desnuda los confines de tu alma. Mírame y dime: ¿Qué ves?
Veo un cuerpo por el que el tiempo no ha pasado en vano, un cuerpo redondeado (en algunos sitios, más que otros); un cuerpo perfecto dentro de su imperfección, que es tan vulnerable y hermoso como el de todo ser humano.
Veo una vida que palpita, una vida que arde, una vida que late... Siento un corazón que bombea, una piel que se estremece... una piel marcada por heridas del pasado...
Extiende las manos, no tengas miedo. Mírame y dime: ¿Qué ves?
Veo el recuerdo de un pasado que dejó su marca de forma indeleble, un pasado que se saldó con sangre; un pasado que comenzó con un "hola" y terminó con un "adiós"; un pasado que comenzó con lágrimas y terminó con una sonrisa.
Veo una sonrisa en mi rostro, una sonrisa que aún perdura; una sonrisa imborrable, inalterable, siempre presta a la carcajada.
Veo unos brazos siempre dispuestos al abrazo, unos labios abiertos al beso...
Veo un camino, una vida por descubrir...
Mírame y dime: ¿Qué ves?"
Despójate de todas las galas, despójate de toda vergüenza; desnuda los confines de tu alma. Mírame y dime: ¿Qué ves?
Veo un cuerpo por el que el tiempo no ha pasado en vano, un cuerpo redondeado (en algunos sitios, más que otros); un cuerpo perfecto dentro de su imperfección, que es tan vulnerable y hermoso como el de todo ser humano.
Veo una vida que palpita, una vida que arde, una vida que late... Siento un corazón que bombea, una piel que se estremece... una piel marcada por heridas del pasado...
Extiende las manos, no tengas miedo. Mírame y dime: ¿Qué ves?
Veo el recuerdo de un pasado que dejó su marca de forma indeleble, un pasado que se saldó con sangre; un pasado que comenzó con un "hola" y terminó con un "adiós"; un pasado que comenzó con lágrimas y terminó con una sonrisa.
Veo una sonrisa en mi rostro, una sonrisa que aún perdura; una sonrisa imborrable, inalterable, siempre presta a la carcajada.
Veo unos brazos siempre dispuestos al abrazo, unos labios abiertos al beso...
Veo un camino, una vida por descubrir...
Mírame y dime: ¿Qué ves?"
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