Un año más, ha llegado San Valentín, esa época del año considerada en el mundo entero como "El Día del Amor Universal". Un día especial en el que millones de parejas procederán a un intercambio tácito de regalos (de más o menos valor), se irán de cenitas románticas, achuchones, besitos por doquier... Love is in the air...

Tiene su origen en festividades paganas de la antigua Grecia, en las que se celebraba el matrimonio de Zeus y Hera, y diversos rituales de fertilidad (aunque, tradicionalmente, la festividad era el 15 de febrero).

Posteriormente, en la Edad Media, se difundió la tradición cristiana del llamado patrón del amor: San Valentín, un mártir cristiano cuya existencia se sitúa en el siglo III d. C., aunque los historiadores no se ponen de acuerdo a la hora de la identidad del santo: médico, obispo, simple mártir... Muchas son las hipótesis, pero pocas las certezas. La tradición que lo identifica como el "Santo del Amor", pretende establecer que tal hecho se debe a que, durante la época de las persecuciones, casó a un gran número de parejas por el rito católico, cosa que estaba prohibida por el emperador Claudio II. Tal hecho, le hizo alzarse con la corona del martirio.
Pero también en otros países tienen su particular San Valentín, además del Festival del Tanabata (7 de julio), en Japón, en el que las chicas le regalan chocolate a los chicos que les gustan y a sus compañeros de trabajo (esto es más una obligación que una festividad, porque si no regalas chocolate, ya estás mal vista). Igualmente, destaca el llamado "White Day" (14 de marzo), en el que los chicos regalan algo blanco a las chicas que les regalaron algo por el Tanabata (normalmente, chocolate blanco, malvavisco o ropa interior).

No dejemos al AMOR estancado en un sólo día caracterizado por el comercio compulsivo.
AMEMOS TODO EL AÑO, Y EN CADA MOMENTO.
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