17.9.08

Mariana Pineda: ¿Mito o realidad?


Un personaje histórico, un personaje cuya debilidad por su condición de fémina tuvo su final ante la firmeza de sus convicciones, una mujer que marcó un antes y un después en la historia de España... Un personaje que ha llegado hasta nosotros, más por manos de Federico García Lorca que por cauces de la Historia auténtica.

Una mujer que luchó contra la sociedad de su tiempo con valentía encomiable...

Pero Mariana Pineda fue algo más que un personaje literario, más que una simple historia de una joven viuda granadina que, en medio de la sociedad de su tiempo, se atrevió a desafiar los cánones prestablecidos por la política, la monarquía y la propia religión.

A caballo entre el mito y la realidad, la historia llegó a los españoles, a principios de los ochenta, en formato de serie de televisión, con un reparto de lujo. Una serie en el que una bellísima Pepa Flores, dejando atrás el sempiterno fantasma del personaje de Marisol, se asomó a nuestras casas dejando traslucir a través de sus bellísimos ojos azules toda la pasión, toda la fuerza de una mujer que apoyó la causa liberal hasta las últimas consecuencias.

Una mujer que no se dejó arrastras por falsas promesas cargadas de ciertas dosis de sentimentalismo suscitado, quizás, por su condición de mujer. Ni siquiera cuando Ramón Pedrosa y Andrade, comisionado del caso y nuevo inquisidor de la causa liberal (enamorado de ella y, quizás, actuando en consecuencia con los celos que le infundaron el rechazo de Mariana a mantener relaciones con él), le conminó a delatar a sus amigos liberales, bajo pena de muerte si no confesaba, hizo flaquear su fuerza:

"Nunca una palabra indiscreta escapará de mis labios para comprometer a nadie. Me sobra firmeza de ánimo para arrostrar el trance final. Prefiero sin vacilar una muerte gloriosa a cubrirme de oprobio delatando a persona viviente.."

Mariana sabía que iba a morir, quizás desde el primer momento en que la acusaron (tal vez falsamente) de haber escondido una bandera con los colores del Oriente Masónico. En principio, se le acusó, falsamente, de ser ella la que la tejiera, descubriéndose poco después que ella no sabía bordar (se descubrió haber encargado la tarea a dos criadas). Fue acusada de traición, conspiración e insurreción, y ni siquiera tembló al conocer su sentencia de muerte: condenada a garrote vil.

En la víspera a su ejecución, escribió un testamento y una carta a sus hijos para decirles que moría dignamente por la Libertad y la Patria, pero fueron requisados por subversivos. Antes de acostarse, debían cambiarle el vestido para evitar que escondiera nada, lo cual aceptó si, tras su muerte, lo picaban con unas tijeras para evitar que desnudaran el cadáver para quitarle el vestido. Sin embargo rechazó que le quitaran las ligas para evitar que se ahorcara antes, y aunque aceptó el cambio de vestido no aceptó quitarse las medias:

"Jamás consentiré ir al patíbulo con las medias caídas."

Mariana fue ejecutada el día 26 de mayo de 1831, en la Plaza del Triunfo de Granada.

Tenía solamente 26 años...

3 comentarios:

Cheto dijo...

Conocía ya algo de la historia de esta mujer, seguramente por cosas que me has comentado tú misma en nuestros viajecitos a Granada :) pero ta mu bien el post ^_^

Tendría que ser muy muy difícil hacer en aquella época lo que esta mujer hizo, desafiar a un sistema que estaba totalmente establecido y debía ser seguido por todos. Hay que reconocerle su mérito, pues sus acciones ayudarían a conseguir las libertades que tenemos hoy en día (las que realmente tengamos).

Eso sí, puedo decir que estuve con mi peke delante de la puerta de su casa en Granada ^_^

Mavichi dijo...

^_^ Chíiiiiiii!!! Pudimos ver la fachada principal de la casa familiar de doña Mariana :)

Diego dijo...

Entonces ¿no fue política ni nada de eso, no? Es decir, que era liberal pero no fue una líder ¿no?

Supongo que, como muchas leyendas, ayudó a su fama que muriera joven, como una mártir. Seguro que hay muchas Mariana Pineda aún dando coletazos ya en sus butacones de agüelita.

:)