3.9.08

Regreso a Nunca Jamás


A medida que vamos creciendo, los pasos nos acercan cada vez más a ese mundo que es el de los adultos. Las inquietudes que teníamos de niños y adolescentes se convierten en problemas mucho más triviales relacionados con el trabajo, la familia, la pareja y alguna que otra vanalidad que no viene al caso.


Con cada paso, nos alejamos cada vez más de esas islas, de esos castillos en el aire que construíamos en nuestra niñez y que nos posibilitaban construir un mundo a partir de la imaginación. Un mundo donde soñábamos con una tierra desconocida protegida por héroes anónimos, por héroes que éramos nosotros mismos; con un cuerpo diferente, eso sí, pero con el mismo rostro aniñado y los mismos ojos cargados de ilusión.

Con el paso de los años, las actitudes que tenemos difieren mucho a las que inicialmente tuvimos de niños, pues perdemos el interés, perdemos ese poder de la imaginación que nos hizo dueños y soberanos de ese País perdido entre el sueño y la vigilia. Con el paso de los años, pensamos que sólo somos meros juguetes del tiempo que, inalterablemente, debemos actuar en función de su acontecer, olvidando en algunos instantes las ilusiones infantiles que plagaban nuestra vida.

No quiero perder ese mundo de sueños... No quiero perder el poder de la imaginación que me hizo surcar los cielos en busca de un mundo hecho a mi medida... No quiero perder la curiosidad por descubrir las maravillas que este mundo encierra...

Hoy más que nunca, tal como hacía de niña, dejaré abierta mi ventana y comenzaré a narrar los cuentos que un día tomaron forma en mi mente, los cuentos que plasman el alma de un niño que no quiere crecer; los cuentos de una niña que ha crecido, pero que sigue albergando las ilusiones que la hicieron mujer... Esta noche alzaré el vuelo y me dirigiré a esa isla perdida en los confines del cielo, a ese lugar situado entre el sueño y la vigilia donde las ilusiones conbran forma y las fantasías cobran vida...


Hoy, al igual que ayer, volveré al País de Nunca Jamás...

1 comentario:

Cheto dijo...

Ok, pero no vuelvas tarde, que te estaré esperando por aquí ¿vale? ;)